Preguntan nuestras bocas - cuál es la palabra para la caracola. El oído se nutre de la memoria. Preguntamos el por qué de esa ceguera del topo y las manos encontramos enterradas - pero de quién - y no responden. No hay nadie en una casa vacía. Sólo objetos que se endurecen y distancian. Filos que amenazan en la madera. Bordes que rasgan un párpado de dolor en la rodilla - teclas del piano sordo de la espalda. Nadie que responda. Las sombras crecen. Y no hay nadie cuando nuestras bocas. Comemos la judía - la comemos
Cada día. No es una saloma lo que oyes, al detenerte en una habitación instantánea - vacía. Es la martingala sorda del dictado lúbrico - las ruedas contra ruedas, dentadas, y por eso - comemos la judía. Signo - emperador - las manecillas - tuyo es el fruto de la rueda y el diente - la música de la sorda - ciega sangre.... canción regrabada que creímos sinsonte.
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