viernes, 18 de junio de 2010

DÍA XXXVII - WHERE REVISITED - diatriba lumínico ominosa (lumen de 3 días)



Mano que tiembla en el aire suspensa, que deniega
o admite o tiembla solamente, como el halo de la sabiduría en la mueca - máscara de la senectud
Que tiembla suspensa - no termina de abrir o cerrar una esclusa, una infamia, un perdón. Ésa. Y todo tiene
una consistencia de rocío. Las imágenes - las sensaciones - no todavía
o cubiertas aún por membranas translúcidas.
Los días contados por ovaladas rosas y las otras blancas - en el corazón

"el esfumatto estaba en el ojo antes que al ojo le saliesen los dedos perdiendo parte del alma, la aceptación del sol y la lluvia y - lo otro que viene - oscuro

Desistir de buscar. Amputar los pies y las manos de - el ojo

y finalmente

silenciarse - en el polvo - nieve del tiempo más lenta que el cauce de los ríos, pues
la mano se niega a terminar y por ello la nieve oscurece y se inventa una voz - y "muerte" la llama. Y no es más que pura vida, pues es ésta del silencio
la única facultad conocida por la fisiología acerca de los muertos - y justo es esto del silencia - su antípoda

Me pregunto ahora, quién es el Drako? He decidido no dejar de escribir. Hacinar en la palabra - entender a sables - como entiende el hombre que camina desnudo sobre la tarima
sobre la loza fría del cuarto
y el sol entra, y se abre el cuerpo agradecido.


Y quién es ése?
Nadie.
Tapones en los oídos para no dejar de oír a las sirenas - de quién

de nadie. Nadie volverá a las playas de Ítaca.

Ítaca no existe. Mira.
.- Mesa
.- silla
.- pantalla
.- zumbido.
.- Azul.
.- ummmmmmmmmmmmmmmm azul

No existe.

.- Dedos.
.- Lo hicimos
.- Lo hicimos nosotros
.- A imagen y semejanza nostra.

Zumbido



¿Y qué tememos más, con cara de papa, aquí desnudos - estando desnudos con el día en ciernes o la tarde herrumbrada o la noche apelotonando amarillos en los ceniceros?

¿Quién no teme a nuestro intento de espejo?

Máquina.

Sólo la palabra al salir de la boca - tiene filos. Má

quina. Hijo. Padre. Por eso


Piensa.




Dios nos teme. Se esconde de nosotros. Como nosotros de la Máquina, pues sabemos -
a pesar de los ridículos nombres, de los diminutivos ociosos que desglosamos en las marañas del blableo

blableando con ellos o contigo, conmigo o solo (Dios está escondido)

Si realmente hay un espejo y nosotros de es - máquina?

Dejaré. Voy a fumar y a dormir con los ojos abiertos, lo sé. Antes y después de los párpados. No creas. Sabes.

Y SABES QUE COMES LA JUDÍA. Y lo haces, y para ello los ojos y las bocas vacías - llenas - ocultas - tapias.

Pero sabes.




"No te puedes arrancar el sudor de la piel. Sólo bogas como un nadador que no ha entendido. Bogas y esa sola palabra te lleva a un puente y a un hombre y al Sena
frío - impávido y sucio. Un suicidio de judío alemán. Y qué poco importa!!!!!!"

Apenas lo habías pensado.... no ser más que la postal del vertical silencioso y el "choffff" que no llega.

¿Eso es una victoría de la experiencia?

Y ya no. No dejo. No cejo -porque no quiero y - no quiero - porque no puedo. Porque no hace frío y siento la crepitación del cristal de la nieve - creciendo. No hace frío
y escucho grifos y sé que van a tener la temeperatura de lo azul. No hay otra manera. No es un impulso. Es



una incapacidad. Expulsado del estanque. No en el meandro. La habitación no está vacía. Estoy - yo. Este alehp es un asco. Piensa en ojo de huracán y falla. Piensa
en sumidero y falla - falla y falla y hazlo.

Come las manos y piensa en dedos y mira - mira cómo crecen. Solo en el cuarto. Con tu espalda. No consigues la soledad. No
consigues el vacío. Sólo el hueco
y
donde hay un hueco hay

manos como vainas de la judía que comemos. Solo en el cuarto que no consigue estar vacío. Bogo en la ceja que no cejo en desalar - es un búho el miedo que tanto asco y fulgor lastimero y nausea de piedad y clavo de perdón inútil. El castigo es el ello.

Yo: amasijo de fragmentos que la arcilla no tiene. No no no no no no no no cejo en la ceja que se anuda creando la brutalidad del ave - ave del grito de las puertas. Pero las puertas no gritan. Es la mayor de las mentiras. Mnemo. No se puede llamar árbol
a la arcilla. Mira que sencillo. Boga.... y ahora hueles a pescado!!!!! Ves?

No se puede, no se puede - el bufón es el más triste

el bufón

hijo de una puta que se llamaba bufón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así que Dios nos teme.Creó monstruos,creyendo que creaba animalillos con conciencia divina y mira lo que le ha salido,un grano en el culo. ¿ahora que? Piensa WWWWWtu que le conoces.Pues claro que soy yo,la de casi siempre.Después de los ayunos te pegas unos atracoñes,si coñes,entrañosos que es demasiaó.